Aburrido del Confinamiento Perimetral?
Un juego tecnológico para disfrutar del aire libre sin incumplir las restricciones sanitarias.
Llevamos muchos meses de restricciones a causa del maldito coronavirus. No entraré a valorar si la pandemia se está gestionando bien o mal, no es el objeto de esta entrada. Pero sí es cierto que todos estamos ya cansados de no poder movernos con libertad, de tener que cumplir con los confinamientos, toques de queda, etc. Van haciendo mella en nuestro ánimo, nuestras costumbres se ven alteradas, al final son muchas horas de sillón y televisión que terminan por fastidiar hasta la espalda. Así que se me ocurrió una forma de salir de esta rutina.
En muchos lugares de España la movilidad de las personas se circunscribe a los límites de su municipio. Al menos aquí en Galicia es la restricción que nos imponen, no se puede salir del concello y nadie de fuera puede entrar en él. Es lo que llaman cierre perimetral.
Bien, pues por qué no explorar ese perímetro? Eso es lo que propongo, usando herramientas que nos aseguren en todo momento que no rebasamos esos límites.
La primera tarea será pues determinar el límite municipal. Si buscamos en Internet encontraremos seguro alguna imagen con la silueta del territorio del ayuntamiento, pero eso no es útil para nuestro propósito. Otra opción es acudir a las fuentes oficiales para encontrar algún mapa del municipio como vemos a la derecha (fuente: Concello de Lugo), pero tampoco nos ofrece la resolución y exactitud que estamos buscado. Se trata de tener la seguridad de no sobrepasar el límite, no sólo una idea aproximada de donde se acaba nuestro concello.
Tenemos que acudir entonces a algo más técnico, alguna cartografía que nos de con exactitud la localización del límite y con la que podamos referenciarlo a elementos reconocibles sobre el terreno. En este caso los socorridos mapas de Google no nos valen tampoco, no muestran límites administrativos. Hay un lugar donde sí podemos consultar esta información de forma oficial: el Catastro. Es verdad que la cartografía catastral no se actualiza con mucha frecuencia, pero las fronteras de provincias y municipios no han cambiado en mucho tiempo en España, así que nos vale perfectamente para lo que queremos.
Cómo se visualiza esta cartografía? Pues la propia Sede Electrónica del Catastro nos ofrece un visor en el que la información catastral se puede superponer a la última foto aérea del proyecto PNOA, Plan Nacional de Ortofotografía Aérea, del Instituto Geográfico Nacional.
Otra forma de hacerlo, para los más técnicos, es utilizar un sistema de información geográfica (GIS) y cargar la capa del servicio WMS del Catastro. Mucho más versátil pues podemos ir añadiendo las capas de información que queramos o que dispongamos, pero requiere mayores conocimientos técnicos.
Os dejo aquí debajo enlaces a ambas opciones y unas imágenes de ejemplo (pinchad en ellas para ver más grandes), en concreto un detalle del límite del Concello de Lugo por el sur, donde el río Chamoso se une al río Miño. Por lo tanto, si circulamos por la carretera LU-P-2904 (carretera de Lugo a O Páramo) hacia el sur, nos saldremos del concello justo al pasar por el puente del río Chamoso
Ya sabemos explorar los confines de nuestro ayuntamiento desde el sillón de casa, pero la idea no es seguir calentándolo sino salir a respirar y evadirnos del castigo mental del confinamiento. Cumpliendo, eso sí, con todas las medidas sanitarias de seguridad impuestas y con la certeza de que no nos saldremos del territorio en el cual estamos perimetrados.
Para ello vamos a jugar un poco más con la tecnología, y ese juego consiste en crear una ruta que vaya bordeando el límite sin llegar nunca a tocarlo. Esta ruta la podemos calcular a ojo si queremos, pero yo como buen técnico os propongo un método sencillo y entretenido para crearla, que además maximiza el recorrido y nos lleva siempre lo más cerca posible del límite. Fijaos en la siguiente imagen y os explico a continuación.
Supongamos que queremos iniciar la ruta en el punto X y bordear el límite hacia la izquierda o en sentido contrario a las agujas del reloj. Este límite está representado por la línea roja gruesa. Yo lo que hago es avanzar por las carreteras blancas girando siempre a la derecha en los cruces. Este movimiento lo represento por las líneas naranjas.
Llega un momento en que mi ruta «choca» con el límite en el punto 1, por lo que doy la vuelta y retrocedo hasta el cruce anterior, que vuelvo a tomar a la derecha. Este retroceso está representado por las líneas azules.
Si repito sucesivamente estos avances hasta el límite y retrocesos al cruce anterior, voy encontrando los puntos 2, 3, etc. Pero claro, con el coche no llegaremos al límite para dar la vuelta en mitad de la carretera, por lo que la ruta final es la que veis representada en verde. Este sistema nos hace «callejear» bastante y seguro que pasáis por sitios por donde no habéis pasado nunca 🙂 De todas formas siempre se puede atajar ente puntos, al final la ruta es la que quiera cada uno.
Ya tenemos la ruta a nuestro gusto. Podemos echarnos a la carretera con un mapa en la mano para seguirla, pero va a ser incómodo y poco práctico. Así que usaremos tecnología de nuevo: un navegador.
Hay muchos navegadores disponibles, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. Google Maps ya nos permite hacer de navegador con indicaciones de giro. Otros como Here WeGo o Waze son muy útiles para viajes largos, con indicaciones de condiciones climatológicas, obras en calzada, radares, etc. Waze además es compatible con Android Auto. OziExplorer me gusta mucho para usar en el avión con ramos rectos entre waypoints, aunque para este cometido hay otras aplicaciones dedicadas. Existen otros muchos, sería muy largo hacer una relación aquí. Que me perdonen los que no he nombrado.
Pero todos ellos funcionan con un punto de origen y destino, y si acaso un único punto de paso intermedio. Eso nos complica nuestro propósito con una ruta tan complicada como la que hemos creado. Todos menos uno (que yo sepa), con versiones para Android e iOS, y además gratuito. Hablo de OsmAnd, un navegador basado en los mapas de OpenStreetMap. OsmAnd sí que nos permite añadir una gran cantidad de puntos intermedios y guiarnos con indicaciones de giro entre ellos. Además también recalcula sobre la marcha en caso de que nos saltemos sus indicaciones.
La imagen de la derecha es un ejemplo de OsmAnd en función de navegación. Su pantalla es completamente configurable por el usuario. Y la ventaja (a veces inconveniente) de utilizar la cartografía de OpenStreetMap es que podemos editarla para corregir o añadir elementos que falten, y se actualiza casi cada día.
Y hasta aquí la técnica. Ahora lo que hay que hacer es coger la mascarilla, cumplir con las medidas de protección sanitarias, llevar nuestro navegador para no perdernos ni salirnos del perímetro, y DISFRUTAR.
Sí, en mayúsculas. Cambiar el chip del día a día, refugiados en la seguridad de nuestro propio coche, disfrutar de nuestro entorno más próximo. Hay cantidad de rincones desconocidos a tiro de piedra desde casa. Pasaremos por pequeñas aldeas de casas de piedra restauradas, por carballeiras autóctonas con ejemplares de cientos de años, por bosques plagados de variedad de setas, por antiguos castros y construcciones prehistóricas escondidas entre la maleza, por molinos que en su día funcionaron y otros que aun lo hacen hoy, por regatos que bajan furiosos los días de lluvia, por pequeños bares rodeados de coches donde resulta que se come de maravilla, por canteras enormes de donde sale material para empresas locales florecientes, por explotaciones ganaderas que venden su leche a media España, por caneiros en el río donde se pescaban las anguilas.
Todo eso está ahí, apenas a 10 o 15 minutos de la ciudad. Y sin embargo el perímetro que lo rodea y que exploramos tiene, en el caso de Lugo, más de 140 kilómetros de longitud. Hay mucho que conocer, y cuando vengan tiempos mejores patearlo con más calma y tranquilidad. Sí, ya se que habrá ayuntamientos en zonas urbanas donde no exista todo esto, pero seguro que si se exploran de forma similar se descubren cosas interesantes.
Bueno, pues hasta aquí este pequeño divertimento para cambiar la rutina de los confinamientos. A mi al menos me ha servido para pasar el tiempo ideándolo, poniéndolo en práctica y escribiendo esta entrada.
Que buena iniciativa!
Fantástico Luis.